jueves, 13 de marzo de 2014

A. C. "DLSDA": CAMPAÑA DE INSCRIPCIÓN Y TIPOS DE COLABORACIÓN

ASOCIACIÓN CULTURAL 
"DESDE LA SOMBRA DEL ALMENDRO"

Asociación cultural de ámbito canario
creada en el verano del 2011 para 
la recuperación de la
Memoria Histórica de Canarias
Siglos XV, XVI, XVII, XVIII, XIX y XX

Se trata de recuperar y rescatar del olvido la "Biografía histórica" de aquellos personajes canarios  más relevantes que han destacado por su trayectoria vital y sus aportaciones culturales a la transformación de nuestra sociedad. Partiremos del estudio de un personaje histórico, que con el Canto VII de su poema "Canarias", aporta la "Sombra del Almendro" configuradora de la Patria Canaria 
Mi patria no es Europa,
mi patria no es el mundo,
mi patria es de un almendro,
la dulce, fresca, inolvidable sombra
D. Nicolás Estévanez y Murphy (1838-1914): 
Poeta, Militar y Republicano federal, comprometido con la Democracia y la Justicia Social.




CAMPAÑA DE INSCRIPCIÓN Y  TIPOS DE COLABORACIÓN: 

En un plazo breve informaremos de los pasos a seguir para proceder a la inscripción como asociado y las diversas formas de colaboración que se estableceran, a continuación informamos de nuestra presencia en las redes sociales.

 A. C. "DLSDA" EN LAS REDES SOCIALES

Blog oficial de la Asociación Cultural "DLSDA" para publicar todas las cuestiones de interés general y todas las actividades y eventos. Órgano de la Junta Directiva y de la organización.

Muro oficial de la Asociación Cultural "DLSDA" Administrado directamente por el Presidente de la Asociación para todos los temas de interés general, relacionados con la realidad social y cultural de Canarias. 

PÁGINAS DE FACEBOOK: 

A) Asociación Cultural ACDLSDA
 Página dedicada a los
Asuntos administrativos de la gestión de la A. C.  "DLSDA":
convocatorias de reuniones, cuotas de asociados,… 

B) CENTENARIO DE LA MUERTE DE D. NICOLÁS ESTÉVANEZ Y MURPHY
Página dedicada a la conmemoración del...
"CENTENARIO DE LA MUERTE DE D. NICOLÁS ESTÉVANEZ Y MURPHY (1914-2014)"
Se informa de todos los actos de conmemoración que se vayan realizando a lo largo de este año. También se cuenta con un BLOG del CENTENARIO: ENLACE AL BLOG   


C) DESDE LA SOMBRA DEL ALMENDRO
Página dedicada a las noticias culturales y a las novedades historiográficas y bibliográficas sobre la Memoria Histórica de Canarias y Metodología sobre la "Biografía Histórica"...


DIRECCIÓN POSTAL: 
c. / Ramón Trujillo Torres, nº 6 4º Izqda. 38007. Santa Cruz de Tenerife.

CORREO ELECTRÓNICO:

TWITTER: 


jueves, 27 de febrero de 2014

EPISODIOS AFRICANOS: PRIMERA PRESENTACIÓN


ATENEO DE LA LAGUNA,  12 DE NOVIEMBRE DE 2013
PRESENTACIÓN DE UNA NUEVA EDICIÓN DEL LIBRO 
"EPISODIOS AFRICANOS" 
DE NICOLÁS ESTÉVANEZ Y MURPHY. 
Hermanos Garnier Editores, 1ª Ed. París, 1897.

La primera presentación se realizó el martes, 12 de noviembre de 2013 a las 20:00 horas. En el ATENEO DE LA LAGUNA, c. / Plaza de la Catedral, nº 3, San Cristóbal de La Laguna.
El acto comenzó con la presentación que realizó el historiador canario RICARDO GUERRA PALMERO como sigue a continuación:

Buenas noches:
Para mí es un placer volver a esta casa para acompañar a un amigo y profesional, a quien respeto profundamente, presentando un trabajo de rescate bibliográfico y de reivindicación de la obra de una de las figuras más importantes de la historia contemporánea de Canarias: D. Nicolás Estévanez Murphy.
Antes de comenzar la presentación propiamente dicha, debo hacer un inciso para agradecer, una vez más, al Ateneo de La Laguna el seguir brindando un espacio a iniciativas como esta presentación, y también quiero agradecer a esta institución su esfuerzo ímprobo para sobrevivir en estos tiempos de incuria. Asimismo, quiero reconocer a Ediciones Idea el que siga aceptando el desafío de publicar textos como el que hoy presentamos, a pesar de los apuros que ha generado la actual coyuntura.
Como maestro de ceremonias, hoy me ha tocado el papel de presentador de los dos protagonistas de la noche. El artífice de reedición anotada de Episodios Africanos es el doctor Nicolás Reyes González, a quien conocí hace más de una década, cuando él era profesor asociado en el Dpto. de Historia de la Universidad de La Laguna y yo era el «precario» de investigación. Más adelante tuve la suerte de colaborar con Nicolás en las tareas de edición de la antología de textos de Nicolás Estévanez que publicó Ediciones Idea con el título La Gloriosa: republicanismo y revolución en España (1838-1914), en su colección Textos Políticos.
Nicolás Reyes es, como el mismo se define, un «historiador independiente» y un docente comprometido. Un historiador independiente de los que Frederick Jameson denominó la «lógica cultural del capitalismo tardío» y sus reflejos en las modas académicas que hoy dominan en los departamentos universitarios. También es un historiador independiente de clientelismos y de los intereses dominantes en nuestra sociedad, empeñados en mantener la desmemoria y una visión de la realidad acorde a sus intereses «de siempre».
La trayectoria de Nicolás Reyes como historiador es amplia y contrastada. Sus líneas de trabajo son variadas y se insertan mayoritariamente en el marco cronológico que abarca desde 1868 hasta 1920. Es decir, la revolución Gloriosa de 1868, la Restauración, la crisis finisecular de 1898 y la consolidación del modelo de dependencia económica que, el profesor Antonio Bernal denominó de las Canary Islands. Asimismo, Nicolás Reyes ha desarrollado una importante y dilatada labor docente vinculada a la didáctica de la Historia. Como muestra de esa dedicación tenemos los proyectos curriculares «Poeta Viana» y el diseño de la  materia «Canarias: tierra sin fronteras».
Con relación a las líneas de investigación emprendidas por Nicolás destacan tres, directamente conectadas entre sí:
–El estudio de la sociedad y política canaria en el tránsito del siglo XIX al XX.
–Republicanismo y práctica política e ideología en el Archipiélago en ese periodo.
–Y, la más importante, tanto en volumen de publicaciones como, creo yo, en implicación del autor, es la que aborda la figura de Nicolás Estévanez, que fue objeto de su tesis doctoral, defendida en la Universidad Autónoma de Madrid en 1988 y que obtuvo la máxima calificación.
Además de estos empeños, también hay que destacar la faceta divulgadora, que se demuestra en la actividad que desempeña desde la asociación que preside y en el esfuerzo para que se reconozca la obra de Nicolás Estévanez y de otros personajes isleños hoy olvidados o en trance de caer en las tinieblas del olvido.
El otro protagonista es Nicolás Estévanez y sus Episodios Africanos, pero poco puedo y debo decir estando aquí su principal estudioso. A modo de invitación a la lectura de este libro, y de los demás de nuestro personaje, sólo quiero aportar algunas consideraciones.
En primer lugar, la coherencia de Estévanez en todos los ámbitos de su vida. Frente a lo habitual en la evolución ideológica de la mayoría de las personas ubicadas en una posición pequeño burguesa, Estévanez tuvo un proceso de evolución ideológico-política que lo llevó a profundizar en sus ideales. Partió en su viaje desde el liberalismo progresista que se respiraba en su entorno familiar, pasó por los demócratas y culminó siendo una de las figuras más destacadas del republicanismo federal, llegando incluso a identificarse con las ideas libertarias. Su obra escrita destila integridad, sean poesías, textos divulgativos, militares o políticos. Su praxis también fue coherente, desde el abandono del Ejército, a sus disposiciones como gobernador civil de Madrid, ministro de la Guerra, diputado, exiliado, conspirador...
En segundo lugar, la propia vida y la energía que destila Estévanez en sus obras es fascinante. Su vida se puede calificar de novelesca, e hizo de todo o casi todo: militar, político, revolucionario, viajero, intelectual y trabajador.
En tercer lugar, el legado de Estévanez tiene mucho de actual y, en algunos casos, sigue siendo una fuente de inspiración. Su republicanismo federal, su fidelidad a la democracia –de la de verdad– y su impulso igualitarista fueron ejemplares.
Además, su visión del mundo rayana en lo utópico en ocasiones, como se ve en este libro, es ejemplar, porque la utopía es un futuro que puede existir.
Ya para cerrar esta intervención, solo mencionar que Episodios Africanos fue uno de los muchos trabajos que Estévanez realizó para la editorial hermanos Garnier (fue autor de obras divulgativas, traductor, editor de clásicos como Cicerón o Aristóteles, corrector de galeradas, etc.).
En este caso nos hallamos ante una obra de divulgación muy personal, en la que la geografía, las leyendas, la historia y las ideas personales del autor se funden en una visión peculiar, aunque con un esquema habitual en los libros de ese momento sobre un continente todavía poco conocido, pero que ya era objeto de saqueo y rapiña (especialmente desde 1885 y la Conferencia de Berlín). En este sentido, el libro es hijo de su tiempo. Fue redactado y publicado en plena época del imperialismo (el que definieron, entre otros, Hobson, Hilferding, Rosa Luxemburgo y Lenin) y por eso mismo, aunque Estévanez sea un crítico, presenta algunos tópicos de la época. Al mismo tiempo, trata de alejarse del eurocentrismo y de supremacismo racista en boga en la antropología, la política y la geografía.
Cuando me refiero a tópicos hago alusión a una implícita idea de progreso, en el sentido teleológico del término y el empleo de categorías propias de la antropología evolucionista de la época. Caso del empleo de los términos de salvajismo, barbarie y civilización usados no en el estricto sentido de Morgan.
Lo original en un libro de estas características es la crítica a Europa y su brutalidad (se refiere a los colonialistas modernos más que a españoles y portugueses, a los que tiende a dulcificar) y, por supuesto, la consideración de africanos para Canarias y España (compartida por otros). También es reseñable su ilusión por un futuro nuevo, síntesis de europeos, africanos y americanos. Un futuro republicano, por supuesto, y alejado de los vicios y miserias de la «fría Europa».
En definitiva, nos hallamos ante una lectura muy recomendable del Estévanez divulgador, que entrevé otro mundo posible. Un texto con algunos capítulos brillantes, páginas en muchos casos olvidadas del más cercano y, al tiempo, más desconocido de los continentes.
Muchas gracias.
A continuación intervino el también historiador NICOLÁS REYES GONZÁLEZ, que como ya se ha indicado, ha realizado la introducción, edición y notas del libro que se presenta. A  continuación sigue el texto de su intervención:


Buenas tardes,… a todas y todos… los que han decidido asistir a esta presentación y a los que por diversos motivos no lo han podido hacer, pero se han sumado con mensajes de adhesión y con diversas aportaciones y sugerencias. Gracias a la representación de la familia Borges Estévanez que hoy nos acompañan. Antes de comenzar, nuestro agradecimiento al Ateneo de La Laguna y a su Presidente D. Antonio Pérez Díaz por las facilidades que nos han dado para organizar este acto. Gracias amigas y amigos.
Nos reunimos hoy, en este Salón de Actos del Ateneo de La Laguna, en la ciudad de San Cristóbal de La Laguna, en la ciudad de Aguere, o si se prefiere ciudad de los Adelantados, ciudad ligada a la memoria y al recuerdo de nuestro personaje, porque dentro de su perímetro urbano se encuentra la Casa de Santa María de Gracia, de la Casa de los Estévanez, de los Borges.
Era canario de nacimiento y de sentimiento; por esto mismo, se consideraba africano y antieuropeísta, ateo y anticlerical, era un revolucionario, anarquista y defensor de la República Federal, también fue en el pasado, un militar singular comprometido con su oficio, que permaneció en las filas del ejército español, mientras sus ideas no se lo impidieron; fue desde siempre poeta, periodista y traductor de obras de clásicos latinos, griegos y franceses, autor de diversas obras literarias de difusión y gran aceptación en Latinoamérica. 
Estévanez fue además un hombre de acción, un conspirador y un revolucionario que participó en los preparativos de la "Revolución Gloriosa" de septiembre de 1868, en los levantamientos federales de 1869 y 1872 y comienza a brillar con luz propia en la República de 1873. Estévanez forma parte del sector más revolucionario y avanzado del Partido Republicano Federal de los llamados "intransigentes". Otro tema que también preocupó a Estévanez y que está presente en su pensamiento y en sus obras, es la lucha de su querida Cuba por la libertad y emancipación política.
Tras el golpe del General Pavía, que acaba con I ª República, Estévanez se exilia voluntariamente en compañía de su familia (con su hermano Patricio incluido), con una primera etapa en Lisboa y Oporto, de donde es expulsado por sus actividades conspiradoras y por petición expresa del gobierno de la Monarquía de la Restauración, a través de su Embajador en Lisboa. Estévanez no podía mantenerse impasible siempre estaba realizando incursiones desde Portugal, por Extremadura o por donde fuera posible, para intentar encabezar levantamientos republicanos.
De Lisboa marcha a Londres para finalizar su periplo de exiliado en el París cosmopolita y cultural de la III ª República Francesa, que será también el lugar de refugio de otros republicanos españoles y de revolucionarios de diferentes países.
Estévanez encuentra trabajo como traductor en la Editorial de los Hermanos Garnier, siendo éste su principal medio de subsistencia; al mismo tiempo seguirá escribiendo poemas y colaborando en la prensa hasta su muerte en 1914. Hasta 1880, permanecerá a su lado Patricio, su hermano que compartía pensamiento e ideales con él. A partir de 1882, va a contar con otro canario a su lado, en París, en la Editorial de los hermanos Garnier, con el lanzaroteño Elías Zerolo Herrera, republicano federal como él. Elías se va a encargar de la sección de libros para Hispanoamérica de la editorial, y de la edición de un Diccionario Enciclopédico de la Lengua Castellana, que elabora con las aportaciones de muchos intelectuales y escritores españoles y latinoamericanos que enriquecen con sus trabajos, esta obra que tendrá una amplia difusión en América del Sur.
En ningún momento dejó de colaborar o participar activamente en todas las actividades que se organizaron para acabar con la monarquía y conseguir la vuelta de la República, que esta vez fuese la federal, no la unitaria, centralista y burguesa 1873. Se mantendrá fiel a Pi y Margall, hasta su muerte en 1901, a pesar, de haber sido siempre partidario de la acción insurreccional frente a la vía parlamentaria que defenderá el político catalán.
En el transcurso de su vida, la estancia más larga de Estévanez en Canarias corresponde a su infancia y adolescencia (1838-1852); después se traslada a Toledo a estudiar su carrera militar y hasta la Revolución de 1868 no vendrá a las islas sino en tres ocasiones: 1857, 1862 y 1866, y durante cortas estancias. Desde el Sexenio Revolucionario hasta su muerte en 1914, Estévanez no hará sino un viaje que se sepa a su tierra natal, de paso para La Habana en 1906. A su regreso de Cuba, desde 1909, fijará su residencia en París, hasta su muerte el 19 de agosto de 1914.
En esta presentación, nos proponemos acercarnos a los Episodios Africanos, en el contexto de la vida y de las obras de su autor, así como del análisis de sus interpretaciones, a la luz de las fuentes historiográficas más seguras y fiables. Por razones de brevedad, solamente destacaremos algunas cuestiones por su actualidad y plena vigencia. 
Nos ocuparemos de la africanidad de Canarias y de la configuración de África en el pensamiento de Nicolás Estévanez y dejaremos para los lectores del libro los tres conflictos bélicos africanos: Las Guerras Franco-Argelinas, la Guerra de Marruecos y las Guerras Anglo-Boers, que hemos desarrollado en la Introducción incluida, para ayudar a contextualizar y comprender el texto escrito por Nicolás Estévanez.
Los Episodios Africanos de Nicolás Estévanez y Murphy, constituyen una obra que por su contenido temático, merece ser editada de nuevo, para que pueda ser objeto de la atención, conocimiento y estudio la valoración que realiza nuestro paisano del cercano continente que a pesar de ello se encuentra alejado de nuestro interés, porque desde hace mucho tiempo estamos sometidos a una especie de "lavado de cerebro" que nos quiere convencer que somos europeos y no africanos. La africanidad de Canarias no es cuestionable ni se puede modificar desde Bruselas o Madrid. Es una realidad geográfica que nos convierte en un archipiélago africano que debe comenzar a orientar su futuro hacia nuestros vecinos continentales.      
La primera edición de esta obra de Estévanez, la publican los Hermanos Garnier en París a finales del siglo XIX, en 1897, en un contexto internacional presidido por la inminente derrota española en Cuba y Filipinas, que coincide con el nacimiento de una nueva potencia imperial, los Estados Unidos de América.
En los Episodios Africanos, Estévanez advierte que no pretende hablar del "porvenir de África, pues no presumimos de profetas. Hablaremos, sí, de su pasado, que es interesante y gloriosísimo". Aunque conviene precisar que tampoco es su intención, "escribir la historia de ese desdeñado continente y de sus bellas islas; ni siquiera la de su zona o zonas habitables". Su libro contiene el relato de una serie de episodios "que han tenido por teatro la africana tierra, las empresas de algunos de sus exploradores, los hechos más memorables ocurridos". Pensamos que esta obra de Nicolás Estévanez contiene reflexiones, análisis, opiniones e informaciones que conservan su plena vigencia, a pesar del tiempo transcurrido desde su edición en 1897. Por todo ello consideramos un acierto la decisión de Ediciones Idea de llevar a cabo esta nueva edición comentada de los Episodios Africanos de Estévanez.
En el conjunto de sus obras, no es la única ocasión en la que Estévanez se ocupa de estas relaciones con el vecino continente, en muchos artículos y en otras obras, siempre manifiesta sus simpatías por África y nos plantea las bases argumentales de la defensa de la africanidad del archipiélago canario. Nicolás Estévanez siempre se consideró africano, por haber nacido en Canarias. Incluso podemos decir que se sintió más cercano también al continente americano que a Europa. Sobre todo a su querida Cuba, la perla de las Antillas.

En el pensamiento de Estévanez, la africanidad de Canarias se configura como el hilo conductor que le inspira en la elaboración de sus Episodios Africanos. Las Canarias no pueden convertirse en un archipiélago europeo, por el capricho de algunos o las conveniencias de otros. Su pensamiento se caracteriza por un marcado carácter anti europeísta, como queda patente, una vez más, en el siguiente párrafo, con el que concluye sus Episodios Africanos: "Si América no existiera, sería preciso crearla; si África no estuviera a dos pasos de nosotros, incitándonos con su hermosura, habrá que desesperar del porvenir. Porque Asia está cansada, esquilmada, consumida; Europa es inhabitable, es diminuta, es un antro de degradación y de miseria; y la humanidad necesita para llenar sus fines y alcanzar su completo desarrollo, campos vírgenes, brisas de libertad y un sol de fuego"

En sus Memorias, Estévanez también nos da fe de lo expuesto. En la Guerra de Marruecos, cuando se entierran los cadáveres de los marroquíes, que habían caído en una reciente batalla, Estévanez dice: "Aquellas víctimas de nuestras balas me interesaban tanto o más que nuestros muertos, no sé si por ser africanos como yo o porque es más sensible el sacrificio de los que no tienen culpa en el desastre". En esta ocasión, Estévanez señala que su africanidad la disfruta por el hecho de ser canario de nacimiento.

Para Estévanez en los Episodio Africanos: "América y África son los continentes de lo porvenir. Poblada América, en la que cabrán holgadamente 1.800 millones de habitantes, civilizada África, no obstante las resistencias que se opongan, llegará un tiempo en que de la actual preponderante Europa solo quede el recuerdo". Estévanez tiene una visión catastrófica y pesimista del futuro de Europa: "¿Quién ha de acordarse de la actual Europa ni de sus monarquías, de sus combates ni de sus miserias, cuando haya sociedades más perfectas en continentes mejores?".

En su África del futuro, se pasaría por una primera etapa en la que se formarían las nacionalidades africanas que surgirían de la mezcla y fusión cultural entre las actuales nacionalidades europeas y las diversas etnias africanas. En los Episodios Africanos el proyecto africano de Estévanez pasa por el abandono de Europa y la refundación de la civilización en los territorios del continente africano de regímenes republicanos en el contexto siempre de la deseada República Federal Universal, dicho en sus palabras: "Antes que llegue el día de su completa fusión, subsistirán las razas mucho tiempo con sus méritos y sus deméritos, con sus vicios y con sus virtudes: en el África ibérica, osada y conquistadora; en el África gala, sociable y atractiva; en el África germánica, dominadora y absorbente; en el África británica, soberbia, industrial, cosmopolita: en el África latina, artista, creyente soñadora; en el África eslava, tenaz y perseverante, que habrá encontrado su tierra de promisión al gozar de un cielo azul entre ríos que no se hielan; en el África árabe, la más valiente de todas; en el África negra, poblada por los hombres más vigorosos del mundo".

Así pues, en ese periodo intermedio o de transición Estévanez mantiene una «España» que comprende también a Portugal y a las restantes nacionalidades de la Península ibérica que «comprenderá el actual Marruecos, el Sudán Occidental y las mejores islas del Atlántico». Entre estas islas estarán sin duda las Canarias, que se salvan junto a la Madeira y las Azores del «cataclismo» que acaba con la vieja y caduca Europa. Pero estas islas del Atlántico se salvan de esta catástrofe precisamente por ser africanas.
En el siguiente párrafo Estévanez nos muestra su ideología en estado puro, ya que éste periodo será: "Un largo periodo de transición, en el cual se irán formando la noble humanidad del porvenir y la lengua universal. Pero ya en ese tiempo se podrá vivir y tendrán sentido positivo las palabras libertad, fraternidad, amor; ya no habrá dinastías por derecho propio ni por voluntad ajena que ensangrienten los valles y los montes; ya no existirá el vampiro de apariencia humana que se alimenta con la sangre y el llanto de su prójimo; ya no serán esclavas las mujeres ni habrá huérfanos y desheredados".
Después de este periodo inicial —como Estévanez señala— desaparecerán las fronteras y hasta la idea misma de nacionalidad, en esa utópica África del futuro: "Se gobernaran los pueblos por sí mismos, sin reyes odiosos ni parlamentos inútiles; no habrá periódicos de empresa ni de partido, sino que cada hombre publicará su diario o semanario, órgano de sus necesidades, pasiones o caprichos, que le servirá para comunicarse con sus vecinos, con sus parientes, con todos sus semejantes; no habrá las inmensas e inmundas aglomeraciones urbanas del siglo XIX, pues cada hombre poseerá una casa con jardín, a tiro de fusil del vecino más cercano; las casas no tendrán más de dos pisos, y a lo sumo una torre con el pararrayos, el paralluvia, el telégrafo. Atraerá el hombre las nubes o las formará cuando las necesite, disponiendo a su antojo de la lluvia y de la electricidad. La servidumbre doméstica habrá desaparecido, no solamente por exigencia de la dignidad, sino por ser inútiles servicios los de un hombre asalariado para quien dispone de las fuerzas inmensas e inagotables de la naturaleza".
Nos parece interesante destacar en el anterior párrafo, por su carácter premonitorio, la existencia de esos diarios o semanarios que publicará cada individuo, que podría ser una profecía inconsciente del actual mundo de las redes sociales o de los Blogs personales de la Era de Internet.

En los Episodios Africanos, dedica un capítulo al estudio de las islas de África. Aunque se ocupa de otras islas, como la Madeira, se refiere con cierta amplitud a las islas donde nació: las Canarias. Archipiélago "que se extienden alrededor de la de Tenerife como hijas en torno de su madre. El Teide majestuoso, vulgarmente llamado el Pico de Tenerife, se divisa desde todas ellas y aun de mayor distancia, y parece que las protege a todas, que a todas las domina".
Sigamos con la descripción de Canarias como archipiélago africano, que nos hace Estévanez en sus Episodios Africanos. «Estas islas, llamadas por los antiguos las Afortunadas, siguen mereciendo —según Estévanez— el nombre por su hermosísima naturaleza, aunque en otros conceptos merezcan mejor fortuna que la debida por ellas a la fatalidad».
Canarias fue primero obligada a unir sus destinos a los de América, en todo menos en la emancipación colonial, y ahora vuelve a forzarse su destino, obligándola a ser una «colonia europea», en contra de los verdaderos intereses canarios, que deberían dirigir su mirada hacia el vecino continente africano. Los canarios se vieron obligados a "emigrar" hacia América desde época muy temprana, y cuando llegó el momento, algunos lucharon junto a los próceres de la independencia latinoamericana. Como nos señala Estévanez el Episodios: "Si los hijos de Canarias, dotados de singular fortaleza, no han ido mucho más lejos en empresas africanas, es por haber contribuido con los demás españoles a la conquista y población de América. En todo el Nuevo Mundo se encuentra a los hijos de Canarias, y muchas ciudades les deben su fundación".
Esta forzada "emigración" privó sin duda a las islas de mano de obra para su agricultura, y del elemento más combativo y concienciado de sus clases trabajadoras. En estas condiciones, era difícil que en Canarias se cuestionara nada su población, ni su españolidad y menos aún que se formara una conciencia nacional y se luchara por la independencia. No resulta extraño que las únicas voces en esta línea surjan precisamente en las filas de los emigrantes canarios en América, como Secundino Delgado y otros.   
En el caso concreto de Canarias, Estévanez no considera posiblemente a las islas como colonias porque cuando pública los Episodios Africanos, existe el riesgo real comprobado de que Canarias pudiera ser invadida por los Estados Unidos o reclamada por Gran Bretaña. También podemos añadir una tercera justificación, Estévanez sigue participando en la vida política española, ayudando en la dirección del Partido Republicano Federal a Pi y Margall.   
Y ocupando este cargo de responsabilidad, no era conveniente que manifestara unas posiciones críticas respecto a la política exterior de los gobiernos de la Restauración, que no iban a ser permitidas por la implacable censura monárquica que impedía la libertad de expresión y de pensamiento de sus súbditos. Además, de esta forma podemos añadir que Estévanez se suma a la campaña que realizan algunos intelectuales canarios de la época, con la finalidad de afianzar y defender la españolidad del archipiélago en el transito del siglo XIX al XX.

La "españolidad" de las Islas ha sido siempre, en la Historia de Canarias, una bandera en manos de las clases dominantes del Archipiélago para solicitar ayuda en forma de subvenciones y privilegios fiscales de la Metrópoli. Cuando no se conseguía lo pedido circulaban por doquier rumores y noticias sobre posibles anexiones, compras o cambios de alguna potencia europea, lo que por otra parte podía ser más o menos cierto. Lo característico y peculiar del colonialismo español en Canarias es que las islas han dejado de ser colonias sin que nadie haya sabido nunca como ha sido ese cambio tan íntimo y político que España no ha podido patentar y exportar, incluso se puede sospechar que sigue siendo colonia o región ultra periférica.
Las islas pueden desarrollar un papel civilizador en los continentes cercanos, como en el caso de las islas europeas desde el "Archipiélago helénico pasó al continente la sabiduría; de las Antillas pasó al continente americano la civilización". A las que podemos añadir las evidentes influencias civilizadoras de las islas británicas y Europa en la Revolución Industrial o de las islas del Archipiélago Japonés en Asia en la época Meiji. Estévanez quiere reservar una misión "civilizadora" análoga a los canarios, una empresa "no colonizadora" de África: "No tardaran los canarienses en fundar colonias en la costa de África; fundadas por ellos, tendrán semilla de prosperidad. Los isleños son más laboriosos que cualquiera otra raza conocida, y tanto como trabajadores son perseverantes. En su sangre tienen algo del azufre de los cráteres, mucho de sal marina que en sus playas tibias deposita el mar; en su espíritu sereno se refleja la tranquilidad del ambiente puro de su patria, revelando siempre que han nacido entre un cielo sin nubes y un mar de lontananzas infinitas".
Concluyamos con la representación caracterológica de la personalidad de los canarios, así como sus cualidades y virtudes que destaca Estévanez en los Episodios que hoy presentamos y recomendamos, nos dice que los canarios: "Criados entre volcanes de laderas pedregosas, tienen la agilidad del montañés y el espíritu independiente de las montañas libres y la mar indómita; pero la independencia del canario no es la que se hace visible por la protesta continua y la rebeldía constante, sino la que se aísla, se concentra, se respeta a sí misma y desprecia lo demás. El canario no amenaza ni promete ni ambiciona; encerrado en sí mismo, goza en la contemplación de todo un mundo ideal, sin cuidarse de externos convencionalismos".
Y para terminar, debemos recordar que en 2014, el próximo año nos proponemos celebrar como se merece el Centenario de la muerte de D. Nicolás Estévanez y Murphy, es propósito de la A. C. "DLSDA" que presido, promover la organización de un gran homenaje, con actos culturales a celebrar en todas y cada una de las islas. Con este fin, hemos pensado en la necesidad de constituir una "Comisión Organizadora para la Conmemoración del Centenario de la muerte de D. Nicolás Estévanez y Murphy". Entre las posibles tareas a realizar, la Asociación Cultural "Desde la sombra del Almendro" ha comenzado las gestiones encaminadas a conseguir si fuera posible el retorno a Tenerife de sus restos desde el Cementerio parisino de Père Lachaise donde se encuentran depositadas sus cenizas. Gracias.
 
El acto concluyó con la venta de libros de esta reedición de los "Episodios Africanos" (1ª Edición, Hermanos Garnier, París, 1897)